domingo, 7 de abril de 2013

VARIACIONES Y DESVIACIONES POR RIGLOS.

Hay momentos en los que, por los motivos que sean, determinados lugares o entornos en los que uno no había estado desde hace años, o incluso nunca, de repente se convierten en frecuentes y cotidianos. Es lo que nos está ocurriendo en las últimas salidas con los mallos de Riglos. Hemos encontrado allí un sitio novedoso para correr, con un paisaje espectacular, diferente y que a más de uno le trae recuerdos de su juventud, como al amigo Victoriano y Juan, cuando frecuentaban la vertical de estas paredes.


 En esta ocasión el grupo ha aumentado hasta el quinteto y el recorrido va a ser "marcado" por la pareja Victoriano-Juan, que aún lucen en las piernas los "aliagazos" del último domingo por estos mismos parajes y quieren enseñarnos parte de ese recorrido. Empezamos con decisión, brío y energía, es decir, bajar del coche, trotar hasta la salida del pueblo y ya, sin más preámbulos enfilar el sendero que nos lleva por el circo del Fire, hasta el collado, cerca de 400 m+ más arriba. Ya que estamos, vamos a cogerlos a buen ritmo, que ya luego nos tranquilizaremos si hace falta.

Vivimos una primavera loca, tan pronto se nos presentan unos días de calor primaveral, como nos vuelven jornadas invernales y con los termómetros otra vez desplomados, como en esta ocasión. Día con sol, despejado, pero en las umbrías permanece la rosada y en los altos, los árboles de nuevo aparecen espolvoreados de blanco. Viento que nos recuerda la necesidad de movernos para no caer en la tiritona.

Esta vez descendemos desde el collado siguiendo sendero y luego la pista, hacia la Foz de Escalete, punto en el que antes de llegar, el grupo se separa. Mientras Victoriano y yo bajamos un par de kilómetros más hasta la Foz (que tenía yo antojo de verla, que no había estado nunca), el resto del grupo continúa en ascenso, teóricamente para ir cerrando el círculo y volver hacia el collado de Santo Román, con alguna variación y desviación intermedia, para enseñar a los que no conocen, los nuevos parajes descubiertos la semana pasada, lo que les supuso a la postre una de esas jornadas "agradables", de las que uno recuerda con gracejo.....pero pasados unos cuantos días. Ya les preguntaremos si ha sido así esta semana.

Por nuestra parte, tras la visita turística a una umbría y espectacular Foz de Escalete, en donde en verano se tiene que estar de cine, no como ahora que corre un fuerte y fresco viento, giramos sobre nuestros pasos y regresamos para ascender por la pista, en busca del triunvirato predecesor. Nada, no los vemos, por lo que suponemos que la variación y el desvío hacia lo turístico recién descubierto, se ha  llevado a cabo, abandonando la pista en unos de los ramales que se ven a nuestra izquierda, al pie de unas peñas características. Aplicamos la lógica más cómoda, que es la de, ante la duda de cual es la situación real y el camino que hayan podido haber seguido, mantenernos en terreno conocido y de la forma menos complicada, que para aventuras y descubrimientos ya los estarían teniendo el resto del grupo, como así fué. Es lo que tiene ser una pareja veterana.

Espera prudencial en el collado de Santo Román por ver si les vemos venir mientras damos buena cuenta de la sabiduría culinaria de Victoriano (hoy nos toca bocata de salmón con queso azul).

Al final, dos recorridos, el nuestro de 19 km y el de ellos 25 km. Dos desviaciones, la nuestra de 700 m de D+ y la de ellos de 1.400 m D+. En fin, que me alegro de que no hubiera visto yo antes la Foz de Escalete.

David

Victoriano
Juan

Victor


 
 
Foz de Escalete
 


Río Gállego, desde la Foz de Escalete
Paradiña gastronómica, collado de Santo Román. 15 minutos, si no vienen, nos bajamos.




 




2 comentarios:

cansamontañas dijo...

¿Para cuándo un rulo por Santo Domingo? ¡¡ahí me apunto!!

Unknown dijo...

Pues eso habría que hablarlo! Lo único que empezamos ya temporada y la agenda tiene pintas de estar complicada. Pero es cuestión de proponer fechas. Para correr con un amigo y luego compartir buen almuerzo (imprescindible) siempre hay hueco. Nos vemos en Osán.